Asimetrías y Desviaciones. Las piernas son muchas veces las causantes de deformaciones en los pies, puesto que las presiones sobre la planta quedan desequilibradas y desplazan los esfuerzos hacia afuera o hacia dentro del pie.
Las personas al desplazarnos movemos todo el cuerpo con una sincronización perfecta que equilibra fuerzas y pesas. El ordenador humano, que es el cerebro, recibe las señales que provienen de los sentidos como la vista, el oído, el tacto y sobre todo el equilibrio, y ordena que se muevan uno tras otro todos los músculos que intervienen en lo que llamamos «caminar».
Es tan perfecto el mando del cerebro que puede hacer andar el cuerpo por encima de todos los tipos de terreno: plano, inclinar, pedregoso, fangoso, sobre la nieve o por la arena, y todo ello a diferentes velocidades, desde paseando sin prisa hasta corriente.
Vemos pues que es una verdadera maravilla el andar humano. Todo sería y es muy guapo si no falla nada, pero no todos los seres humanos tienen las mismas, digamos, herramientas para caminar y suele ocurrir que, según la construcción anatómica, es más o menos fácil caminar.
Si bien todo el cuerpo interviene al andar, los directamente responsables son los pies y las piernas.
Las piernas
Existen dos motivos fundamentales para que las piernas no trabajen bien:
– Asimetrías
– Desviaciones
En cuanto a las primeras, sorprenden a la cantidad de personas que descubren de mayores que tienen una pierna más larga que la otra, y ni lo sospechaban, y han estado caminando con esa asimetría durante muchos años. El resultado suele ser, si la asimetría es acusada, una deformación de la columna vertebral.
Las desviaciones más típicas consisten en juntar o separar más de lo normal las rodillas, con lo que se crea un desequilibrio de fuerzas.
Si las rodillas se juntan demasiado con la consiguiente separación de los pies hacia fuera, la desviación se llama GENU-VALG y las piernas adoptan una forma similar a una “X”.
Si por el contrario las rodillas se separan hacia afuera y los pies hacia adentro el fenómeno se llama GENU-VAR y las piernas adoptan la forma de los paréntesis «()».
Estas dos desviaciones de las piernas son muchas veces las causantes de deformaciones en los pies, puesto que las presiones sobre la planta quedan desequilibradas y desplazan los esfuerzos hacia afuera o hacia dentro del pie. La consecuencia es que el pie se vuelve allanado o excavado con el tiempo.
Tanto las asimetrías como las desviaciones pueden tratarse, dependiendo de cada caso, con técnicas podológicas que compensan estos desequilibrios.
Nunca debe subestimarse una posible deformación, sobre todo en la infancia. La corrección efectuada a tiempo es garantía de la mejor evolución de la enfermedad. Es por ello que es recomendable una revisión anual por el podólogo, tanto para las personas mayores como para los niños, siendo estos últimos, debido al crecimiento constante al que están sometidos, los que necesitan ser descubiertos a tiempo y recuperarlos por toda la vida.