Últimamente existe un boom: El entrenamiento de la propiocepción. Lo prescriben los médicos, lo incluyen los entrenadores en sus programas de entrenamiento, los fisioterapeutas incluso lo manejan como un objetivo específico en el proceso de rehabilitación. En todas partes vemos gente haciendo ejercicios sobre una variedad inimaginable de superficies inestables.
Resulta muy común encontrar en la plática casual (incluso lo he visto en planes de tratamiento), un sinnúmero de ejercicios sobre superficies inestables para trabajar la propiocepción y, con preocupación, encontramos profesionales que realizan ejercicios de estabilidad y dicen que son para trabajar la propiocepción.
Lo anterior para mí resulta un concepto erróneo y es por esto que en este post quiero abordar estos dos conceptos: La propiocepción y la estabilidad.

LA ESTABILIDAD
En este sentido la estabilidad postural puede ser definida como la habilidad de mantener el cuerpo en equilibrio, manteniendo la proyección del centro de masa dentro de los límites de la base de sustentación.
Recordemos que:
La línea de gravedad representa una línea vertical imaginaria que atraviesa el centro de gravedad. Esta proyección imaginaria dependerá de la posición del centro de gravedad.
La base de sustentación queda delimitada por los márgenes externos del apoyo de los dos pies y todo lo que queda entre ellos, para la posición bípeda.
En la posición supina o sentado, la base de sustentación queda encerrada al unir los puntos más extremos de los segmentos que se encuentren en apoyo.

LA PROPIOCEPCIÓN

El término propiocepción surge en 1906 con Sherrington, sin embargo este término ha evolucionado. Actualmente se entiende como la conciencia o capacidad que tiene el cuerpo de detectar la posición y movimiento articular.

Es un proceso subconsciente, rápido, que se realiza de manera refleja a través del sistema propioceptivo. Dentro de este sistema se encuentran los propioceptores (el huso neuromuscular, el órgano tendinoso de golgi, receptores de la cápsula articular, los ligamentos articulares y de la piel)

Podemos decir que los propioceptores forman parte de un mecanismo de control de la ejecución del movimiento. Cuando sufrimos una lesión articular, el sistema propioceptivo se deteriora generándose un déficit en la información propioceptiva que llega. Por esto, la persona es más propensa a sufrir otra lesión.

En el proceso de rehabilitación de una lesión, el sistema propioceptivo está constantemente siendo estimulado o trabajado. Por ejemplo:

En el entrenamiento de la fuerza el sistema propioceptivo está dando una constante retroalimentación. Recordemos que todo incremento de la fuerza es el resultado de una estimulación neuromuscular. En este caso, la propiocepción se refiere a los procesos de facilitación e inhibición nerviosa mediante un mejor control del reflejo miotático y del miotático inverso que pueden llevar a adaptaciones en la coordinación intermuscular e intramuscular.

En el entrenamiento de la flexibilidad también podemos encontrar una regulación del sistema propioceptivo e incluso manejamos técnicas como la FNP, donde aumentando la relajación muscular y «bloqueando» el reflejo miotático podemos conseguir una mejora en los rangos de movilidad y de los estiramientos.

Adicionalmente también podemos ver la actuación constante de la propiocepción en la capacidad de mantener el equilibrio, en el sentido del ritmo, en la capacidad de relajar los músculos y en la regulación de los parámetros espacio-temporales del movimiento.

EN CONCLUSIÓN:

  • El término propiocepción no debe utilizarse como un sinónimo de estabilidad. Sólo es un aspecto de ésta, mas no es el único.
  • La propiocepción se trabaja durante todo el proceso de rehabilitación de manera simultánea e inconsciente con la consecución de los diferentes objetivos. Desde esta perspectiva, todo movimiento humano es propioceptivo ya que genera información sensitiva consciente e inconsciente que el SNC debe integrar para elaborar y actualizar los programas motores.
  • Los ejercicios en superficies inestables trabajan sobre la estabilidad. No son como tal ejercicios para mejorar la propiocepción y por lo tanto no resulta estrictamente necesario el trabajo sobre una superficie inestable para trabajar este componente.
  • El trabajo de la estabilidad también es un componente importante en el proceso de la rehabilitación.
  • Quiero ser enfática en que no insinúo que no deba tenerse en cuenta la alteración propioceptiva que se produce tras una lesión (ya que en realidad es importante), este post solo busca ampliar un poco el concepto y su forma de trabajo.
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