El ser humano tiene que mantenerse derecho, luchando contra el poder de la gravedad, lo hace gracias a los receptores de información, como son los ojos, los dientes, los pies y los músculos de la espalda… todos juntos envían la información al cerebro, (sistema nervioso central) y a la oreja.
Si alguno de estos receptores de información tiene una patología, ya sea un problema físico, un pie plano o uno de vacío, un traumatismo, un desequilibrio muscular, o un enfoque visual alterado…se rompe el equilibrio de la postura del cuerpo y se crean posturas compensatorias que sobrecargan músculos y estructuras óseas, el cuerpo gasta mucha más energía de lo que debería y la persona se encuentra cansada, y por si fuera poco empieza con dolores ligeros que pueden ser de espalda, del pie, de cervicales, migrañas, etc.
El cuerpo necesita tener la mirada horizontal, y si hay algún trastorno que lo altera, lo soluciona torciéndose, causando posturas escolióticas, cirróticas, adaptativos que pueden dar sufrimientos de las articulaciones, discos vertebrales, comprimiendo nervios y vísceras, causando dolores y molestias en diferentes zonas del cuerpo.
El posturólogo observando la postura, y mirando como estamos derechos, como caminamos, verificamos las entradas de información que tiene el sistema nervioso central para ver cuál está afectada. Miramos la causa de la mala postura, haciendo un tratamiento a base de trabas (plantillas) posturales, dichas plantillas modificarán las informaciones que van de la planta del pie al cerebro, dando equilibrio, estabilidad, descanso de los músculos hipersolicitados, abriendo las vías energéticas… etc.
También orientando al paciente si ha de consultar con otros especialistas, como un optometrista, dentista, osteópata, todo para conseguir una armonización del cuerpo, y beneficiar a la persona tanto a nivel postural, como funcional, como nivel psicológico. Para un buen tratamiento hace falta un buen diagnóstico, buscando el origen del problema o desequilibrio en nuestro cuerpo.
Mejorando la postura nos hace sentirnos mejor tanto a nivel físico como a nivel anímico.
Rosa Muntané